LA INTRODUCCIÓN DE LA NOVELA QUE DA INICIO A LOS SUCESOS QUE SE DIERON EN PANAMÁ DESDE LA DECADA DEL TREINTA HASTA LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL DICTADOR LLAMADO EL HOMBRE FUERTE DE PANAMÁ.
En un país de centroamérica se encuentra la cárcel El Convento, centro penitenciario de máxima seguridad, que alberga a los peores criminales capturados de la región, uno de sus huéspedes desde hace algunos años es un ex dictador quien ha concedido una entrevista, que hará que un equipo de jóvenes se hospede en la prisión durante cinco días, liderizados por el escritor Forton Grey y el grupo de periodistas enviados por el periódico La Nota Negra.
Durante la entrevista el ex dictador contará su vida desde su niñez y adolescencia pasando por su entrada a la fuerza armada que lo convirtió en el hombre fuerte de su país, pasajes de historia que atesora en su memoria y que desea contar antes de que llegue el día de su muerte y así liberar su alma de tantos pecados, contando con lujo de detalles sus más oscuras operaciones militares y su relación con el bajo mundo del narcotráfico, además de algunos de sus más horribles crímenes y desapariciones de líderes políticos, estudiantiles y figuras que osaron desafiar su régimen de terror en épocas pasadas. Decenas de misterios sin descifrar que guarda en su mente.
Un libro de poemas el cual escribe hace tiempo podría ser la clave para descubrir el misterio de muchos de sus crímenes que la historia no pudo desentrañar.
En la novela el nombre del dictador es reemplazado por el de Manolo Sanos Piñate.
PRIMER CAPITULO DEL LIBRO.
Seis de la mañana el despertador suena incesantemente hasta que una mano busca en la mesa de noche el botón para acallar el aparato y su ruido infernal, Forton se sienta sobre el borde de la cama y mira hacia el balcón la luz que empieza a proyectarse en el horizonte, se frota los brazos para quitarse el frio, se pasa las manos por la cara intentando alejar las ganas de seguir durmiendo, se lava la boca y la cara ya en la cocina pone la máquina de café a funcionar, enciende el televisor y empiezan a oírse las noticias del día, los noticieros son como discos rayados las mismas noticias sobre políticos corruptos, crimen organizado, narcotráfico, pandillas y funcionarios del Estado alabando y defendiendo al gobernante de turno, diciendo que la economía del país es una de las mas envidiables de la región. Mientras toma su café piensa en cómo pasa el tiempo sin darnos cuenta cada día más aprisa, el reloj marca las siete treinta de la mañana y suena el teléfono.
En un país de centroamérica se encuentra la cárcel El Convento, centro penitenciario de máxima seguridad, que alberga a los peores criminales capturados de la región, uno de sus huéspedes desde hace algunos años es un ex dictador quien ha concedido una entrevista, que hará que un equipo de jóvenes se hospede en la prisión durante cinco días, liderizados por el escritor Forton Grey y el grupo de periodistas enviados por el periódico La Nota Negra.
Durante la entrevista el ex dictador contará su vida desde su niñez y adolescencia pasando por su entrada a la fuerza armada que lo convirtió en el hombre fuerte de su país, pasajes de historia que atesora en su memoria y que desea contar antes de que llegue el día de su muerte y así liberar su alma de tantos pecados, contando con lujo de detalles sus más oscuras operaciones militares y su relación con el bajo mundo del narcotráfico, además de algunos de sus más horribles crímenes y desapariciones de líderes políticos, estudiantiles y figuras que osaron desafiar su régimen de terror en épocas pasadas. Decenas de misterios sin descifrar que guarda en su mente.
Un libro de poemas el cual escribe hace tiempo podría ser la clave para descubrir el misterio de muchos de sus crímenes que la historia no pudo desentrañar.
En la novela el nombre del dictador es reemplazado por el de Manolo Sanos Piñate.
PRIMER CAPITULO DEL LIBRO.
Seis de la mañana el despertador suena incesantemente hasta que una mano busca en la mesa de noche el botón para acallar el aparato y su ruido infernal, Forton se sienta sobre el borde de la cama y mira hacia el balcón la luz que empieza a proyectarse en el horizonte, se frota los brazos para quitarse el frio, se pasa las manos por la cara intentando alejar las ganas de seguir durmiendo, se lava la boca y la cara ya en la cocina pone la máquina de café a funcionar, enciende el televisor y empiezan a oírse las noticias del día, los noticieros son como discos rayados las mismas noticias sobre políticos corruptos, crimen organizado, narcotráfico, pandillas y funcionarios del Estado alabando y defendiendo al gobernante de turno, diciendo que la economía del país es una de las mas envidiables de la región. Mientras toma su café piensa en cómo pasa el tiempo sin darnos cuenta cada día más aprisa, el reloj marca las siete treinta de la mañana y suena el teléfono.
Santiago Meilij era un
periodista argentino radicado en Panamá desde los años ochenta, el cual había
alcanzado un puesto importante en el periódico –La Nota Negra- como jefe de
reporteros y conocía a Forton desde los días en que el joven soñaba con ser
escritor, Meilij lo había reclutado en el periódico y le había enseñado
técnicas de periodismo investigativo que habían forjado la actual carrera de
escritor de Grey.
-
¿Forton estas despierto pibe? –
¿Si, cómo estas Che,
qué te cuentas?
Buenos días amigo tengo
un trabajo para ti como en los viejos tiempos.
No me digas, ¿y qué
reportaje tienes esta vez?
¿Recuerdas al ex
dictador Santos?
Si, el que está en la
cárcel -El Convento- desde hace varios años ¿no?.
Si ese mismo, hemos
logrado que nos conceda una entrevista en la prisión dentro de unos meses,
quiero que seas parte del equipo que el periódico mandara para entrevistarlo.
Valla suena excelente,
claro cuenta conmigo, pero dime una cosa ¿me asignaras a Virna como apoyo?
Sí así es, ella siempre
está muy interesada en trabajar contigo.
Y dime como han
conseguido esa entrevista, según tengo entendido Santos dio a entender a las
autoridades y a los medios que se llevaría todos sus secretos a la tumba.
-
Bueno hemos tenido que ofrecerle ciertas
garantías a través de algunos políticos y con la ayuda del Ministerio Público,
poder salir de vez en cuando para que pueda estar con sus hijas y sus nietos entre
otras cosas. –
Y tú crees que cumplan
lo que le han prometido.
Bueno no sé realmente
tal vez sí, todo está por verse amigo.
Después de aquella
conversación Meilij y Grey no volvieron a contactarse hasta meses después cuando
se concreto la entrevista.
Virna Smith era una
joven que había entrado a trabajar en el periódico en la época en que Grey aun
pertenecía a su grupo de reporteros, la joven era hermosa con una habilidad
increíble para las computadoras, se había graduado con altas calificaciones de
la universidad con una Maestría en Ciencias de la Computación y desde que entro
a trabajar en el periódico hizo mucha química con Grey.
Han pasado tres meses y
en los estacionamientos de –La Nota Negra- un grupo de jóvenes se encuentra
reunido organizando equipos de filmación, aun no ha salido el sol, aquella
mañana de abril el astro rey parecía esconderse tras nubes blancas y grises en
dirección hacia el occidente, el viento matutino hacia viajar aquellas nubes a
gran velocidad, destellos de luz se ven brillar por ratos, son las 6:45 de la
mañana, en los estacionamientos del periódico Forton termina de subir las
maletas a su jeep y Virna su copiloto y reportera del diario tiene un termo de
café en las manos, los demás terminan de prepararse para partir, el camarógrafo
Raúl y la fotógrafa Sandy viajaran en otro vehículo, ya han subido sus maletas
con sus equipos, Raquel y Samuel camarógrafos de apoyo viajaran en una Land
Rover, todos trabajan para el periódico que ha conseguido la exclusiva del
reportaje al ex dictador Manolo Santos Piñate, quien se encuentra como huésped
en la prisión -El Convento-, a unos doscientos cincuenta kilómetros de la
capital.
Toman la carretera Panamericana
que cruza desde Panamá hasta México al llegar a la provincia de Veraguas se
desvían del camino hacia la izquierda y se adentran en un sendero boscoso, se
escucha el trinar de las aves y una leve neblina les dificulta el camino a
través del denso bosque donde en algunos parajes no llega la luz del sol por la
espesura de los árboles. Ya son casi las diez de la mañana, han visto algunos
tigrillos y osos perezosos que se esconden detrás de los arboles colgándose de
sus colas sobre las ramas de los arboles, el sonido de la fauna es interrumpido
por el rugido de los motores todo terreno que cruzan el bosque a velocidad
moderada como previendo que la raíz de un árbol haga que los neumáticos se
atasquen y ocurra un accidente, Forton le pregunta a Virna:
-¿Cómo te sientes? –
Estoy ansiosa por
llegar, tengo listas las computadoras para redactar toda la entrevista. ¿Es cierto que el ex dictador ya tiene varios
años en esa prisión?
-
Sí así es –
El ex dictador Santos quien estuvo preso por
crímenes de narcotráfico y homicidio en Estados Unidos por más de veinte años y
otros siete en Francia, debió cumplir una condena de cuarenta años, pero fue rebajada
por buena conducta y haber dado información importante sobre tráfico de armas, conexiones
con el narcotráfico y lavado de dinero al gobierno de los Estados Unidos, luego
de su estadía en una prisión de Miami el gobierno norteamericano lo extradito a
Francia donde era requerido por delitos de lavado de dinero y fue recluido en
la prisión de La Santé, de
París en donde purgo una condena de siete años. Fueron muchos meses de espera
antes de conseguir la autorización para poder entrevistar el ex dictador.
La prisión –El Convento-
se encuentra a doscientos cincuenta kilómetros desde la ciudad de Panamá a la
cual se llega a tres horas de camino por carretera, para luego cruzar un espeso
bosque por un camino de tierra rodeado de grandes árboles y flora, al final
puede verse una estructura en piedra en una colina que asemeja los castillos
medievales de la Europa del siglo XIII, tiene cuatro torres de vigía desde las
cuales, puede verse a sus lados el Océano Pacífico y del otro lado un extenso
desierto al final de éste se divisan unas montañas que se pierden en el
horizonte, la prisión alberga asesinos, terroristas, delincuentes de alto
perfil y en la cual se encuentra desde hace varios años el ex dictador Manuel
Santos Piñate.
Al salir del sendero todos
se detienen para admirar la gigantesca estructura que parece salida de un
cuento de la edad media, mientras la observan se miran los unos a los otros
como diciéndose, esto es para lo que nos hemos preparado hace meses. La misión será
hospedarse en la prisión por cinco días en los cuales conversaran con este
famoso personaje y lograr transcribir parte de sus memorias para un artículo en
el periódico y un posible libro.
Mientras que en una de
las celdas de la prisión un viejo octagenario mira por la ventana que da hacia
el extenso desierto, pierde su mirada hacia las lejanas montañas que se pierden
en el horizonte entre tonos azules y grises, sus arrugadas manos sobresalen de la
pequeña ventana decorada con una cortina de barrotes de más de una pulgada de
grosor incrustados en la piedra que alguna vez colocaron cientos de obreros
para darle forma a tan dantesca estructura. Muchos de esos obreros posiblemente
llegaron posteriormente a ser huéspedes de la misma prisión.
Es casi un anciano con
un rostro afable que al verlo causa una cierta compasión con ojos tristes y de
mirada desgastada por el paso de los años, de contextura fuerte, pero de baja
estatura encorvado por los años, cruza los dedos fuera de los barrotes de la
ventana de dos pies por dos pies, aspira el aire y lo retiene en sus pulmones
como disfrutando del poco tiempo que aún le queda en esta tierra, una mezcla de
brisa marina, polvo del desierto y otros aromas que quien ha estado ahí largo
tiempo puede disfrutar, posiblemente recordando épocas lejanas llenas de
excesos y placeres que solo los hombres que han ostentado el poder pueden
añorar.
De aquel hombre altanero, prepotente, rudo y con voz
de mando que muchos conocieron y temieron, no queda mucho. De su cabellera
negra y poblada, también queda poco. Hoy, a Manolo Santos Piñate, el que fuera
una vez el hombre fuerte de Panamá, se ve cansado, lento al caminar y con
movimientos suaves y pausados.
Sus mejores amigos son varios libros de poesía y
poemas, un viejo cuaderno en el que escribe algunas notas a diario, algunas
viejas revistas y periódicos en una repisa de la pared, varios libros de
historia, libros de derecho y diccionarios de inglés además de la conversación
con otro reo un viejo de setenta años en una celda contigua.
Marc Maxwell era un
profesor de filosofía e historia encerrado en la celda contigua a la del
general Santos, su crimen había sido el asesinato de su esposa por encontrarla
siéndole infiel con un joven en su propia casa y el cual los asesino a los dos hacía
muchos años atrás, el profesor esperaba su extradición hacia Alemania su país
natal, pero sus abogados habían interpuesto recursos tras recursos para que
este permaneciera en Panamá pues tenía varias propiedades y les era más
rentable a sus abogados que no se fuera del país. En las tardes solía jugar
damas con el general mientras conversaban de historia, filosofía y poesía.
Al llegar a la entrada
de la prisión esperamos unos minutos a que los guardias de la entrada principal
nos den el visto bueno para proseguir, al pasar el portón nos detenemos y
debemos bajar los maletines, cámaras y equipo de filmación para ser revisados
por los agentes, para ellos es una situación de rutina nos revisan a cada uno
para confirmar que no portamos ningún tipo de arma. Entregamos nuestras
identificaciones al oficinal en jefe, al revisar nuestras credenciales el
agente a cargo lee mi identificación y me observa detenidamente, no pierde la
oportunidad de hacerme la pregunta, es usted Forton Grey, el escritor?
- Así es señor-
No sabía que usted
trabajara para el periódico -La Nota Negra-, creí que era un escritor
independiente, he visto sus libros en las vitrinas de las librerías.
- Pues no trabajo para
el periódico de forma permanente, he sido contratado para cubrir esta nota, mi
labor con el periódico terminara cuando entregue la entrevista completa, la misión
será entrevistar al ex dictador, los demás miembros del equipo tendrán la tarea
de tomar anotaciones, filmar, tomar fotos del ex general y hasta donde sea
posible de la prisión -
De la entrada pasamos a
un patio muy amplio, hemos dejado nuestros equipos en la recepción, que serán
revisados y llevados a nuestras habitaciones por los agentes, frente a nosotros
se ven largos senderos rodeados por cercas de metal muy altas con alambre de púas
en la parte superior, las angostas veredas conducen a diferentes edificaciones de
ladrillo. Un agente de la prisión fornido con la cabeza rapada de tez oscura y
con un uniforme que parece mas de cazador de zafarí que de policía
penitenciario nos saluda cordialmente y nos informa que él será el encargado de
mostrarnos las instalaciones del penal, nos lleva personalmente a través de los
largos pasillos con piso de concreto y de verjas de color azul, primero
llegamos a unos salones destinados a darle capacitación a los presos sobre
ciertas disciplinas como carpintería, plomería, repostería y otras tareas para
mantenerlos ocupados. Nuestro recorrido siguió hacia el área de los comedores, enfermería,
canchas de futbol y los edificios que albergan la población penal clasificados
por crímenes, edades, ingreso y también por el tipo de pandilla al que
pertenezcan, según nos comenta nuestro guía.
Caminamos alrededor de
un campo de futbol donde varios reclusos juegan un partido mientras otros los
observan, pero por un minuto todas las miradas se fijan en nosotros, algunos
reos nos saludan, otros con miradas de asombro preguntándose qué hacíamos allí,
luego al pasar por otro de los pabellones nuestro guía nos informa que este es
uno de los pabellones de menor seguridad pues alberga a los que están por
cumplir su condena y algunos de ellos saldrán en libertad en pocas semanas.
Nuestro último recorrido en un una de las torres de vigía donde está el cuarto
de monitoreo que controla y se observa todo el penal a través de cámaras y
equipo de comunicación desde donde operan cuatro agentes.
Hora y media después el
oficial nos pregunta si estamos cansados y si teníamos hambre que la última
parte del recorrido seria hacía nuestras habitaciones.
El sol ya sobre
nuestras cabezas parece buscar el horizonte hacia el atardecer, una brisa
cálida nos abraza, hemos llegado a unas instalaciones donde han sido traídos
nuestros equipos, nos han hospedado muy cerca de los cuartos de los custodios
del penal, y así convertirnos en huéspedes de la prisión -El Convento- por
escasos cinco días. Una custodio empuja un carrito el cual trae nuestros
alimentos en donde también lleva las bandejas plásticas de los alimentos de
otro pabellón, me sorprendió ver que los alimentos estaban en vasijas de
plástico transparente algo grandes, en esas bandejas fácilmente podrían caber
unas tres porciones de una ración para una sola persona, es como si cada reo
comiera tres platos en el almuerzo, me le acerque a la oficial y le pregunte si
así eran las porciones normales para los reos pues yo había tenido la
experiencia de estar en otras instalaciones de detención, como las celdas preventivas
de la policía judicial y las porciones eran muy pequeñas en platos desechables
de plástico tapados con papel aluminio a las que los privados de libertad
llamaban las platinadas, la oficial asentó con la cabeza y me dijo que si que
por lo general los presos comían muy bien las tres comidas al día, entonces no
era de extrañarse que muchos de ellos se vieran subidos de peso ya que hoy en día
en Panamá no existe para el reo la obligación de trabajar para el Estado
mientras cumple su condena, en otras épocas los detenidos cumplían su pena
haciendo labor social, donde eran llevados en grupos a barrer las calles,
limpiando lotes baldíos con machete en mano o haciendo edificaciones de
concreto para el Estado. Hoy en día la situación para un privado de libertad es
diferente ellos escogen si desean aminorar su condena haciendo algún tipo de
labor o tomando las capacitaciones que le brinda el Gobierno, por el contrario
muchos prefieren cumplir sus condenas sin hacer nada durante el tiempo que esta
dure simplemente conversando con sus compañeros de celda, jugando domino, o
contando los días que le restan encerrados, mientras otros aprovechan las
enseñanzas de otros reos para cuando salgan perfeccionar sus habilidades
delincuenciales, pues algunos seres humanos no cambian sus viejos hábitos.
Nos hemos instalado en las
habitaciones que nos fueron asignadas, la comida no está nada mal y me ha tocado
preguntar a qué hora veríamos al ex comandante Santos, nuestro guía nos pidió
que le diéramos tiempo a reposar sus alimentos al ex dictador y que nos llevaran
a su celda en una hora.
-
Excelente, esperaremos -
Una vez llegado el
momento preparamos nuestros equipos de filmación, cámaras, grabadoras y
computadoras todos nos ubicamos fuera del edificio donde nos habían albergado,
para nuestra sorpresa nos fueron a recoger dos agentes en un pequeño vehículo
tipo bus, creí que caminaríamos, pero nuestro guía nos aclaro que la celda del
general quedaba en un lugar apartado del penal y que no sería posible
dirigirnos sin transporte, además cargando nuestros equipos, así que abordamos
el transporte y nos dirigimos hacia el edificio que albergaba a nuestro entrevistado.
Al llegar ya nos esperaba en la planta baja sentado muy cómodamente en una
silla mecedora, a su lado había un joven escribiendo en una computadora portátil.
El ex general Santos nos miraba fijamente nunca nos quito la vista de encima observaba
nuestros equipos y maletines con una sonrisa que parecía más una mueca, nos dio
la bienvenida nosotros inmediatamente nos acercamos extendiendo nuestras manos
para saludarlo y darle las buenas tardes agradeciéndole que nos permitiera
hacerle esta entrevista ya que a muchos otros periodistas no se les había dado
esta oportunidad. Nos presentamos cada uno y el hizo lo propio, su manera de
presentarse es como si aún fuera un general de brigada, pues nos comenta que
él mantiene su rango de general
retirado, ya que en los juicios realizados en Estados Unidos siempre se le dio
el tratamiento de un militar.
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